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¿Qué pasó con Tusell Tostadores?

Qué pasó con Tusell Tostadores?

 

Hasta por finales del 2018 todo iba bien, todo caminando con normalidad, con los problemas normales para una tostadora de Café de Especialidad en Barcelona. Ganando cliente nuevos, de repente perdiendo de vez en cuando. Lo que perdías un mes, lo recuperabas el otro, y así. Todo mundo sabe que el negocio del Café de Especialidad es un negocio de mucha infidelidad de parte del cliente. A todo mundo le gusta "ir probando cafés".

 

Yo estaba ya un poco cansado del tema, de la falta de consistencia de las cafeterías a la hora de comprar café, lo cual hacía complicado el tema de manejo de inventario haciendo importación directa a productores, de comprar café una vez al año, de la manera de trabajar que nosotros apoyabamos, y seguimos creyendo que es la correcta. Entonces comenzamos a buscar otros canales de venta. Empezamos a ver hacia fuera de España.

 

Con el deseo de querer expandir a otros paises en Europa coincidió con una invitación por parte de un productor y exportador de café de El Salvador, que tenía un puesto reservado en el stand que tenía Café de El Salvador en Hamburgo en la feria de café, té y cacao, COTECA 2018. Nosotros como tostadores nos encargamos de tostar el café en nuestras instalaciones en Barcelona días antes de la feria, y de servir los cafés durante la feria y de conseguir clientes. La idea era conseguir clientes de café tostado usando el café de nuestro contacto en El Salvador. Para poner en contexto, la feria es un evento orientado más a un segmento enfocado en gran distribución, y no tanto al segmento de Especialidad al que nosotros estabamos acostumbrados. La feria atrae un perfil diferente, los asistentes a la feria eran distribuidoras, importadoras de café, supermercados y similares.

 

El primer día de la feria hablamos con muchos clientes potenciales, con peticiones de cantidades que ninguna fue por debajo a las 50 toneladas de café tostado al año, de allí para arriba. Nosotros estabamos contentos, pero al mismo tiempo preocupados, porque no sabíamos como ibamos a hacer para cumplir si llegabamos a conseguir alguno de estos clientes. Aunque nuestros contactos en Centro América podían suplirnos sin problema, nuestra tostadora en Barcelona era de capacidad máxima de 12kg. Pero como dice el dicho, el que no arriesga no gana. Y en ese momento, si queríamos crecer, teníamos que arriesgar. Además para eso habíamos llegado a Barcelona, a vender café.

 

Ese primer día de la feria tuvimos el primer contacto con un comprador potencial de Francia. A partir de ese momento para nosotros se convirtió en "El Francés". El Francés explicaba en el email que representaba una empresa que era dueña de

supermercados de una marca muy reconocida en Francia, que tenía interés en distribuir nuestros productos, café tostado, molido, cápsulas y hasta café instantáneo - el cual nosotros no teníamos - en sus supermercados. Al regresar a Barcelona le enviamos la lista de los cafés disponibles. Nosotros deducimos que nos había visto en la feria. El primer pedido que hizo fue de 1 FTL de café en grano. 1 Full Truck Load. Eso es un camión lleno de café tostado. Nosotros no sabíamos cuanto café tostado le cabía a un camión. Así que gracias a la ayuda de un amigo que trabaja en transporte en Barcelona y haciendo cálculos, llegamos al número de 8 toneladas de café tostado es lo que le caben a un camión. A un palet le caben 240kg. Y a un camión le caben 33 palets. En total 7,920kg. La única condición que ponía El Francés, era que la manera de pago era con seguro de crédito neto a 30 días. Nosotros tampoco sabíamos que era eso. Hablamos con nuestro banco y le contamos lo sucedido. En el banco nos consiguieron cita con una empresa de seguros que trabajaba en conjunto con el banco, una de las empresas de seguro más grandes en Europa. A los pocos días llegaron dos hombres de negro en una Volvo negra de parte de la aseguradora a nuestro local en Llinars del Vallès a conocer nuestras instalaciones, a ver si el cuento era real. Llegaron a ver como era posible, que lo que esta empresa facturaba en un año lo pensaba facturar ahora de repente en un mes. Ellos leyeron detenidamente la conversación mantenida de nosotros con El Francés via email. Vaya pelotazo has pegado chaval, fue la respuesta de asesor financiero de la aseguradora sentado en el escritorio de Tusell Tostadores, leyendo los emails del Francés. No sabemos si lo dijo para nosotros, o se lo dijo a el mismo. Pidieron los emails para analizarlos y dar una respuesta final. Se suponía que se pondrían en contacto con este cliente para verificar la transacción. La aseguradora debía de dar cobertura en caso de no pago, y este servicio tenía un costo, el valor del seguro. Después de unos días nos contactaron y nos dijeron que le podíamos vender lo que él pidiera, su empresa era dueña de varios supermercados y la facturación anual rondaba los 500 millones de euros al año. El seguro cubría hasta un 85% del valor de la factura. Es decir, que si no nos pagaba, todavía nos quedaba utilidad. Compramos el seguro.

 

Ahora que el pago estaba asegurado, la pregunta era, como vamos a tostar 8 toneladas de café tostado en una tostadora de 12kg, en menos de 1 mes.

El pedido coincidió con una carga de una importación de café de 6 toneladas que habíamos hecho en Guatemala de un café de Antigua y Lago Atitlán para nosotros. Eso era suficiente para nosotros para estar 1 año con inventario de café Guatemala. Como no le llegabamos todavía al número, con la ayuda de importadores de café en Europa logramos completar las otras 2 toneladas que nos hacían falta para completar.

 

Comenzamos a tostar y a empacar sin parar. La tostadora estaba encendida tostando por rondas de 10 horas, después de apagaba 1 hora para enfriarla, y luego se volvía a encender. Día y noche. A veces la montaña de café de cubos con verde era tan alta al

lado de la tostadora que yo podía creer lo que estaba sucediendo. Al fin habíamos encontrado el camino para poder crecer. Tantos años de estar lejos de mi país, de mi familia y de mis amigos estaban empezando a dar fruto.

 

Tostamos el café en 21 días. Día y noche, sin parar. Dormíamos 3, a veces 4 horas al día. Yo dormía en la tostadora. Un escenario de locura. Fue una tortura. Después de terminar el primer día de producción, después de ver lo que habíamos podido tostar y lo que nos faltaba, pude contemplar la magnitud de la hazaña que me habíamos decidido hacer. Terminamos a las 2 am del 28 de Diciembre, a 2 días de la entrega. El café llegó a tiempo a Paris. La mañana del 1 de Enero, me desperté con un email del Francés, diciendo que la calidad era excelente, que quería 2 camiones más lo más pronto posible.

 

palets con cafe en grano

 

 

En ese momento, destruidos físicamente después de no haber dormido en casi un mes, pero sobre todo sin ningún grano de café para tostar en nuestra bodega, pensamos en que hacer. No queríamos parecer débiles o pequeños frente a este nuevo cliente. Queríamos que sintiera que estabamos en la capacidad de poder atender su demanda sin problema. Vimos que esa la oportunidad que habíamos estado esperando tantos años que decidimos buscarle una solución. Contactamos a importadores de café verde en Europa, les contamos el caso y les pedimos café a crédito para poder suplir a nuestro cliente. Todos nos pidieron los emails de las conversaciones, la documentación del seguro adquirido, los datos del Francés para investigarlo por sus medios. Después de revisar toda la documentación al poco tiempo dieron su respuesta con un total apoyo. Rápidamente enviaron el café a nuestras bodegas para poder tostar, nosotros nos pusimos a tostarlo para ganar tiempo. Tostamos todo Enero a fondo, de nuevo sin parar. Y de repente pasó algo inesperado. Llegó el día de pago y el Francés no pagó, pidió prorroga. Dijo que se encontraba en una feria de alimentos en Australia, que nos pagaría los tres camiones de golpe una vez recibiera los otros dos. Nosotros para ese entonces teníamos ya el segundo camión tostado. Ese fue un momento en el que nos detuvimos nuevamente a pensar que hacer. Comenzamos a analizar todos los posibles escenarios. Como teníamos la aprobación del seguro, el mensaje de la empresa del seguro fue tan positiva y motivadora, que pensamos, vamos a hacerle frente, total ya estabamos a mitad del río.

 

Terminamos el tercer camión, en total fueron 24 toneladas. Los enviamos a Francia. Para nuestra sorpresa no los quisieron recibir en la misma dirección donde habían recibido el primer camión. Dijeron que no tenían a ningún cliente con ese nombre. En ese momento el Francés no respondío más los emails, tampoco el teléfono, literalmente desapareció. Yo sentí un nudo en el estómago y tomé el primer avión a Paris para ver que estaba pasando. Al día siguiente manejé 500km hasta la dirección de facturación, a un pequeño pueblo. Al llegar pedí ver a la persona con quien había estado tratando en los emails. La secretaria me dijo que estaba ocupado y que no podía atenderme. Le expliqué que estabamos intentando entregar dos camiones llenos de café, que nadie los quería recibir y que los chofers tenían que volver a Barcelona de inmediato. Yo hasta este momento presentía que algo estaba mal, pero todavía no estaba cien por ciento seguro de lo que estaba pasando. La persona de los emails, supuestamente, salió. Me dijo que el no sabía quien era yo, que el no había pedido café. Que no fuera a entregar a mi café. Que lo que ya había entregado estaba ya en África. Que me fuera inmediatamente de allí o que él iba a llamar a la policia. Me regresé a Paris y me fui a la dirección donde habíamos entregado el primer camión. Para mi sorpresa, el lugar era una bodega de logística en el Barrio de Saint-Denis, un barrio habitado en gran parte por inmigración musulmana proveniente de las antiguas colonias francesas. Es uno de los barrios más peligrosos y violentos en Francia. Fui a la policía de Saint-Denis a poner la denuncia. El policia me dijo que esos casos de estafa ocurrían cada día en Saint-Denis, que como se me ocurría a mi entregar mercadería desde España hasta allí. Yo en ese momento supe que nos habían robado, pero no sabía quién. A esas alturas no sabía si el al comprador le habían duplicado su identidad, como alegaba, o si realmente era él. ¿Cómo era posible que esta persona supiera los términos técnicos de compra y venta de café en supermercados, de logística, de formas de pago, etc. Todo era demasiado sospechoso.

 

En España intentamos vender el café de los dos camiones recuperados, pero el café tenía ciertas características que hicieron imposible su venta. Para comenzar era tostado claro (como se tuesta el Café de Especialidad), era de 85 puntos y eran 16,000kg. Aun con descuento, de los tostadores de Café de Especialidad nadie mostro interés. Buscamos tostadores fuera de España más grandes, y ninguno quería comprar café que no hubiera sido tostado por ellos. Luego nos enfocamos en ofrecerlo a tostadores industriales que tuvieran mayor volumen, con la idea que lo pudiera mezclar entre sus cafés. En España los tuestes que se acostumbran son medio y oscuro, nunca claro. Y el puntaje en la industria puede ser entre 75 hasta los 82, una calidad inferior. Y los que venden entre 80 y 83 son un muy pocos. Aún ofreciéndolo con descuento, el café era demasiado bueno, dijeron que iba a ser un imposible poder sustuir un café de esa calidad posteriormente. Si a un cliente le empezás a dar buen café, le podés dar un mejor café pero nunca uno peor, porque se queja. Aun con la ayuda de la Asociación Española de Café intentando ayudar conseguir cliente para el café, fue imposible. Mientras tanto el café estaba pagando almacenaje. Vendimos una pequeña parte, pero final lo tuvimos que donar a una asociación para parar de pagar almacenaje. Además ya había transcurrido su tiempo de caducidad legalmente que son 2 años.

 

De nuestra parte hicimos todo lo que se nos había pedido. Teníamos un pedido hecho por una empresa en Francia, teníamos un albarán de entrega del primer camión y

teníamos un seguro de no pago. Habíamos cumplido. Si no era él, alguien nos debía de pagar. Para eso son los seguros. Por eso valen tanta plata, para cuando te pasa un problema como estos se puedan usar. Esperamos que transcurriera el tiempo de no pago y pusimos el reclamo. El seguro dijo que la empresa en Francia había puesto una denuncia de robo de identidad, después de mi visita a su oficina. El seguro no pagó. Dijo que su cliente negaba haber hecho los pedidos. Nosotros contratamos unos abogados mercantiles en Barcelona especialistas en estos casos y los demandamos. Hablamos con los proveedores y les explicamos lo sucedido. Les pedimos que nos esperaran a cobrar el seguro para poder pagarles. Algunos nos demandaron. En España estos juicios tardan mucho tiempo. Pasó el 2019. Llegó el 2020 y el juicio seguía sin sentencia. Luego vino 2020 y todo se paralizó. Cerraron los juzgados en España y tuvimos que esperar a que los volvieran a abrir. La pandemia la llevamos como pudimos. A diferencia de los emprendedores y las empresas en España, que recibieron salarios y ayudas durantes meses hasta que terminó la pandemia, nosotros por no estar al día en la Seguridad Social no pudimos aplicar a ningún tipo de ayuda. Nuestro banco más importante nos intervino las cuentas porque no pudimos pagar los créditos, tampoco tuvimos acceso a financiamiento extra para poder continuar de ningún banco. En España el encierro fue extremo. Barcelona sin turistas estaba muerta. Apenas pudimos vender café. A mediados del 2022 por fin dieron el veredicto. Pérdimos. La empresa aseguradora no se hacía cargo de fraude virtual, decía en letra pequeña en una de las 30 páginas del contrato. Terminó el contrato de alquiler en la tostadora y el dueño del local no nos quiso renovar por tampoco estar al día. En ese momento nos declaramos en situación de no pago, es básicamente en situación de bancarota, o Concurso de Acreedores en España. Buscamos un abogado y entregamos la administrción de la empresa a un juez. El administrador decidió que la empresa no podía continuar porque no podía afrontar más sus pagos y sus activos se fueron a subasta. Lo perdimos todo. Decidimos irnos de España.

 

En El Salvador tuvimos un soft landing gracias a la ayuda de familia y amigos. Pero hasta no terminar el juicio del Concurso de Acreedores no sabíamos que iba a pasar con toda la situación en España. Hace unos meses se nos declaró no culpables.

 

Nosotros seguimos siempre trabajando en café. Hemos estado intentando empezar a tostar de nuevo en El Salvador, pero ha sido muy dificil. Ha sido dificil conseguir financiamiento debido a que no tenemos historial en El Salvador. También nos encontramos a los productores en la cosecha pasada básicamente sin café disponible para vender. Todos nuestros contactos tenían contratos que cumplir y nadie tenía café para vendernos de las calidades que nosotros queríamos. Así que tuvimos que esperar, hasta ahora vamos a arrancar.

 

Les queremos dar las gracias a todos los que fueron nuestros clientes en España. A la gente buena que nos abrió las puertas a sus cafeterías. Gracias por todo el apoyo desde que el principio. A Cataluña también les damos las gracias, por la escuela de vida, por esta gran enseñanza, porque por mucho tiempo fue nuestra casa. Le damos las gracias por los buenos y los malos momentos, por los dos. Gracias a los amigos y gracias a los enemigos, porque los dos nos marcaron, de todos aprendimos algo y ahora nos hacen ser quienes somos. De Barcelona nos quedamos con los buenos recuerdos de las cenas largas en las terrazas los días de verano, de las playas con el agua fresca del Mediterráneo, de los conciertos, de los festivales, del vino natural, de las tapas, las salidas interminables en bici, y por los momentos con los cafés más limpios y dulces que probamos en nuestra vida en Llinars del Vallès.

 

Seguimos.

 

 

llinars del valles barcelona tusell tostadores
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